Tras el periodo de vacaciones, normalmente todas las personas experimentan la desazón al volver a la rutina laboral y en algunas ocasiones sufren lo que se denomina «el síndrome postvacacional». Esto se traduce en desmotivación, angustia y picos elevados de estrés al volver al puesto de trabajo. Pero con la aplicación de la inteligencia emocional, estas sensaciones pueden desaparecer y abrir paso a la motivación de comenzar de nuevo en la empresa y lograr que los empleados lo vivan como algo positivo.
Para lograrlo, desde Intelema, os ofrecemos unas pautas inteligentemente emocionales que os ayudarán a afrontar la rutina con otra perspectiva.
–Modificar las rutinas de horarios, la dieta y hacer ejercicio físico para producir energía. Hacer deporte siempre es un aliciente motivador, que genera muchas endorfinas.
-Enfocar nuestros pensamientos en los aspectos positivos de la vuelta al trabajo, como reencontrarse con los compañeros, fijarse nuevos retos o aprender cosas nuevas. Normalmente, un hábito tarda en formarse 21 días, por lo que es aconsejable durante ese tiempo realizar las mismas acciones para luego incorporarlas en las rutinas ordinarias.
–Conectar con el puesto de trabajo, esto es, encontrar lo que te apasiona y desarrollarlo. A veces hay tareas que nos producen mayor motivación que otras, por lo que es importante comenzar por esas.
-Una práctica muy aconsejable para la organización es anotar en una libreta cuatro o cinco cosas que sabes con certeza que vas a poder hacer el primer día, el segundo, y así sucesivamente. Porque a medida que vas tachando las acciones, tu sentimiento de satistacción va en aumento.
–Tomar consciencia del momento presente, dónde me encuentro ahora, con qué estoy y qué quiero hacer. Escucharte a ti mismo y a los que te rodean para ver con distanciamiento tu posición y conectarte con lo mejor de ti mismo.
–Marcar nuevos objetivos reales, medibles y alcanzables para la nueva temporada. Es una acción que siempre produce motivación en el individuo y refuerza positivamente otros aspectos que se ven mermados por las rutinas.
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