La inteligencia emocional un valor al alza, una competencia muy valorada en la sociedad porque permite entender tus emociones y las de las personas que te rodean, por lo que te da tablas para gestionar las distintas circunstancias de la vida. Con motivo del Día del libro desde Intelema hemos hecho una selección de los mejores libros sobre la gestión de la inteligencia emocional que se han publicado a lo largo de la historia. ¡Tomad nota!
Un básico para enseñar a los más pequeños cómo se gestionan las emociones desde una edad temprana, escrito por Cristina Núñez y Rafael Romero. Con la particularidad de que también va dirigido para los adultos, porque es una herramienta fantástica para poner nombre a lo que sentimos a través de 42 estados emocionales, independientemente de la edad.
Educar con inteligencia emocional
Este libro de Maurice J. Elias, Steven E. Tobias y Brian S. Friedlander es recomendable para padres y para aquellos familiares que intervengan de forma activa en la educación de un niño. Los autores toman como punto de partida los cinco principios básicos sobre la inteligencia emocional de Daniel Goleman. Proponen consejos, sugerencias, actividades.
El secreto para controlar y transformar su vida
Este libro tiene como particularidad el año en el que fue publicado: 1960 y que su autor, Maxwell Maltz, es uno de los cirujanos plásticos más famosos del mundo. Y el libro destaca precisamente desde la perspectiva de este médico acostumbrado a cambiar el aspecto de las personas físicas para mejorar su autoestima, la importancia de verse bien ante el espejo para encontrar la felicidad.
Ejercicios para cultivar la fortaleza interior en niños y jóvenes
El manual para los padres que quieren ayudar a sus hijos a desarrollar su inteligencia emocional, pues tendrá un impacto positivo en el futuro de los mismos. Esta publicación es obra de Linda Lantieri y se trata de una herramienta que te orienta sobre cómo tienes que hacerlo.
Esta obra de escrita por Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie McKee Mark Twain nos hace reflexionar sobre la figura del líder, sus competencias y habilidades porque defiende que el auténtico líder no siempre se distingue precisamente por su talento o su dominio técnico.
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