“Hay seres humanos que de la nada crean un imperio y hay otros seres humanos que desean crear un imperio y no lo logran”, sostiene Carmen Sánchez, CEO de Intelema. También hay seres humanos que se dejan llevar por el conformismo y ven bloqueado su desarrollo y su crecimiento. E incluso los hay que se ven atenazados por el miedo al fracaso y prefieren el espacio de confort al riesgo que supone crecer. “El miedo no se puede perder; el miedo se aprende a gestionar”, sostiene Sánchez, que ve en el miedo una fuente de información “que hemos de aprender a escuchar y gestionar y que nos ayudará a poder avanzar”.
En todo caso, para dar el paso de la microempresa a la mediana empresa, la fundadora de Intelema ve una clave fundamental: conocerse a uno mismo. “Se habla mucho de vida saludable y hay pocas cosas más saludables que conocerse a uno mismo. Hoy en día existe un gran desconocimiento de lo que cada ser humano es y esto genera mucha frustración y mucho sufrimiento”, afirma.
En ese conocerse a uno mismo hay muchas características personales que pueden impulsar el crecimiento: la pasión, la confianza, la claridad, la visión, la capacidad estratégica… Y también otras muchas que pueden bloquear ese crecimiento: la comparación, el miedo, el estar pendiente de los demás o la inseguridad, por ejemplo.
Si se quiere crecer no se puede tener todo bajo control
“El pequeño empresario tiene tendencia a querer tenerlo todo bajo su control. Hay un empeño negativo en querer que el otro haga las cosas como yo las haría. Tenemos la fea costumbre de decir al otro cómo tiene que hacer las cosas y este modelo de empresa es muy limitante: para el empresario y, por supuesto, para crecer y dar el paso de ser una microempresa a ser una mediana empresa”, reflexiona Carmen Sánchez.
En ese sentido, la experta considera primordial darse cuenta y distinguir entre el qué y el cómo. Es decir, distinguir entre el hecho de compartir una visión y la pretensión de que otros lleven a cabo su visión. “En un proyecto, en una idea, en una visión, caben muchos. Es muy importante que el empresario tenga claro su papel y que no se inmiscuya en el papel de sus subordinados, porque desde ahí el crecimiento es imposible”, asegura la CEO de Intelema.
Al respecto, Sánchez destaca el papel “fundamental” que juega la confianza, la capacidad para confiar en que otros lo pueden hacer incluso mejor que uno mismo y, de esa forma, ayudar a crecer el proyecto.
Delegar, compartir, confiar. Tres aspectos clave, que junto al conocimiento de uno mismo y a la gestión del miedo, son fundamentales para ser capaces de dar el salto de una pequeña empresa a una mediana con expectativas de seguir creciendo.
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