En el imaginario popular resulta casi imposible imaginar que en un trabajo que ejerces sin ningún tipo de vocación puedas ser feliz. Es difícil no pensar que puedes caer en una rutina pero lo cierto es que sí se puede y se debe ser feliz en un trabajo cotidiano. La experta en relaciones humanas inteligentes, Carmen Sánchez, CEO de Intelema, nos da las claves de cómo podemos actuar para conseguirlo.
Por un lado, explica que aquella persona que todo le va bien y que está haciendo lo que esté haciendo siempre tiene la sensación de estar contenta va en buen camino. Esto es lo que se conoce como tener una actitud positiva ante la vida. Están siempre conectados a la emoción de la alegría y a su vez son capaces de empatizar con los demás, sin caer en la trampa de contagiarse de los estados emocionales negativos de los otros. En este sentido, la experta recomienda que se vea la película del revés con el objetivo de observar cómo actúa la alegría en todo momento.
Asimismo, Carmen Sánchez resalta que las personas que de un modo inconsciente viven en la angustia, la queja, el victimismo y culpabilizan al mundo de lo que les pasa, están conectadas a la frustración y a todo le encuentran pegas, de modo que sufren. Sufren mucho. Por eso y para evitar caer en esta situación de desidia es importante y se considera casi un deber estar en feliz en el puesto de trabajo. Para lograrlo no hay que pensar en lo que hago, sino en cómo lo hago y cómo sale de mi interior de ser humano porque entonces el ser humano elige estar feliz o estar amargado. Mientras que cuando una persona aprende a ser infeliz, lo va a repetir una y otra vez, hasta que algo le pare, a veces por un suceso grave en su familia, a veces por una enfermedad grave o el despido de un trabajo, etc.
La CEO de Intelema recuerda lo que relata Víctor Frankl, en su experiencia en distintos campos de concentración nacis, el sufrimiento que allí vivía era terrible, sin embargo en su libro El hombre en busca de sentido explica muy claramente cómo una persona puede encontrar la felicidad en ese lugar si es capaz de encontrar sentido a ese sufrimiento.
Por ende, la persona que cree que su trabajo es rutinario habrá de preguntarse, para qué hace lo que hace, cada persona tiene un motivo positivo, con sentido, unas personas dirán que necesitan dinero para vivir, otras dirán que para que sus hijos tengan un lugar donde vivir, otras que para hacer un viaje en vacaciones, etc. Cada persona debe de encontrar su motivo, su motivación, su sentido, Y recordar para que hace un trabajo rutinario. Y sobre todo, aprender a vivir la vida con entusiasmo y alegría.
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